miércoles, 23 de abril de 2014

Seguridad Alimentaria

 

 PRO HUERTA

 El programa Pro Huerta es una política pública implementada por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). El mismo fue creado en 1990 mediante Resolución Nº 239/90.

Destinado a la autoproducción de alimentos con bases agroecológicas, su objetivo central es mejorar la soberanía alimentaria, favorecer la participación y organización de sectores vulnerables de la población y propiciar la comercialización de excedentes.

Con 23 años de desarrollo, el Pro Huerta trabaja en la capacitación y asistencia técnica de familias, entidades y organizaciones de la comunidad, brindando insumos tales como semillas, frutales, animales de granja y herramientas.

Junto a la puesta en marcha de huertas familiares, comunitarias y escolares, este programa capacita a promotores voluntarios de la comunidad; genera, adapta y aplica tecnologías apropiadas; asiste técnicamente en los procesos de producción de excedentes en ferias de economía social agroecológicas y en la adquisición de capacidades para asumir emprendimientos productivos.




 
Con presencia territorial en el 88% de los municipios del país, en la actualidad Pro Huerta cuenta con más de 630 mil huertas y 130 mil granjas que constituyen un aporte alimentario y nutricional para más de 3,5 millones de personas. Esta iniciativa de alcance nacional cuenta además con una red de más de 20 mil promotores voluntarios que propician el desarrollo y sostenimiento de esta política pública, constituyéndose en actores sociales con capacidad de resolución de problemáticas en cada una de sus comunidades (acceso a servicios básicos; mejoramiento de las condiciones sanitarias de los barrios; defensa del medio ambiente; rescate de especies nativas, entre otras).

La convergencia entre el saber popular y la asistencia técnica, priorizada por el Pro-Huerta a través de formas participativas y solidarias de producción de alimentos saludables, favorece la integración social, el arraigo territorial y la seguridad alimentaria de población socialmente vulnerable, partiendo de sus propias capacidades.

El programa Pro-Huerta es considerado por Estados y organizaciones de cooperación nacional como una política exitosa en materia de autoproducción de alimentos a recrear. La experiencia que Argentina viene desarrollando en Haití a través de este programa y el Curso Latinoamericano de Autoproducción de Alimentos, Seguridad Alimentaria y Desarrollo Local, co-organizado entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el INTA, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y Cancillería, son ejemplo en este sentido. En 2008, la JICA identificó a Pro-Huerta como un modelo regional para la mejora de soberanía alimentaria, y promovió la organización de este curso durante los 5 años siguientes, a fin de incrementar las capacidades técnicas y metodológicas de los representantes de distintos países de la región para la generación e implementación de políticas, estrategias, programas y proyectos de seguridad alimentaria y desarrollo local.





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