Seguridad Alimentaria
PRO HUERTA
Destinado
a la autoproducción de alimentos con bases agroecológicas, su objetivo
central es mejorar la soberanía alimentaria, favorecer la participación y
organización de sectores vulnerables de la población y propiciar la
comercialización de excedentes.
Con 23 años de desarrollo, el Pro Huerta trabaja en la capacitación y
asistencia técnica de familias, entidades y organizaciones de la
comunidad, brindando insumos tales como semillas, frutales, animales de
granja y herramientas.
Junto a la puesta en marcha de huertas familiares, comunitarias y
escolares, este programa capacita a promotores voluntarios de la
comunidad; genera, adapta y aplica tecnologías apropiadas; asiste
técnicamente en los procesos de producción de excedentes en ferias de
economía social agroecológicas y en la adquisición de capacidades para
asumir emprendimientos productivos.

Con
presencia territorial en el 88% de los municipios del país, en la
actualidad Pro Huerta cuenta con más de 630 mil huertas y 130 mil
granjas que constituyen un aporte alimentario y nutricional para más de
3,5 millones de personas. Esta iniciativa de alcance nacional cuenta
además con una red de más de 20 mil promotores voluntarios que propician
el desarrollo y sostenimiento de esta política pública, constituyéndose
en actores sociales con capacidad de resolución de problemáticas en
cada una de sus comunidades (acceso a servicios básicos; mejoramiento de
las condiciones sanitarias de los barrios; defensa del medio ambiente;
rescate de especies nativas, entre otras).
La convergencia entre el saber popular y la asistencia técnica,
priorizada por el Pro-Huerta a través de formas participativas y
solidarias de producción de alimentos saludables, favorece la
integración social, el arraigo territorial y la seguridad alimentaria de
población socialmente vulnerable, partiendo de sus propias capacidades.
El programa Pro-Huerta es considerado por Estados y organizaciones de
cooperación nacional como una política exitosa en materia de
autoproducción de alimentos a recrear. La experiencia que Argentina
viene desarrollando en Haití a través de este programa y el Curso Latinoamericano de Autoproducción de Alimentos, Seguridad Alimentaria y Desarrollo Local,
co-organizado entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el
INTA, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y
Cancillería, son ejemplo en este sentido. En 2008, la JICA identificó a
Pro-Huerta como un modelo regional para la mejora de soberanía
alimentaria, y promovió la organización de este curso durante los 5 años
siguientes, a fin de incrementar las capacidades técnicas y
metodológicas de los representantes de distintos países de la región
para la generación e implementación de políticas, estrategias, programas
y proyectos de seguridad alimentaria y desarrollo local.
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